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La cultura polinesia en joyería: una apuesta seductora y relajante

03/11/2021

La cultura polinesia en joyería: una apuesta seductora y relajante

Samoa y Tonga son dos colecciones de Majoral que pretenden transmitir a través de la joyería los valores de sencillez, harmonía y amistad de la cultura polinesia

La cultura milenaria de Polinesia ha fascinado al mundo occidental desde hace siglos, y ha sido fuente de inspiración de múltiples corrientes artísticas, también en el campo de la joyería. Se da el nombre de Polinesia al conjunto de cientos de islas del océano pacífico meridional. Un conjunto de islas que conforman un triángulo, y que incluye las islas de Hawái, Nueva Zelanda, Tahití, Samoa y Tonga, entre otras. Varias investigaciones ubican el inicio de la cultura polinesia en el siglo 1.800 a.C. probablemente tras una incursión de personas procedentes de las costas de China o Taiwán.

La lejanía de las islas con el resto de los continentes generó una cultura propia y aislada, que no estuvo en contacto con occidente hasta el siglo XVI. El desconocimiento de las civilizaciones occidentales sobre la cultura polinesia generó un aura de misticismo sobre las costumbres culturales de las islas. Entre los rasgos más distintivos de la cultura polinesia se encuentra la danza y la música. La más conocida es la originaria de la isla de Tahití, que antiguamente estaba relacionada con todos los aspectos de la existencia.

La danza polinesia ha sido siempre un símbolo de bienvenida y seducción para los visitantes a la isla. Los rasgos seductores y relajantes de la cultura polinesia han sido fuente de inspiración para el arte, la literatura y la joyería. Uno de los principales ejemplos lo encontramos en el pintor francés Paul Gauguin, que vivió en la isla de Tahití durante una década a finales del siglo XIX. La cultura polinesia y los paisajes de la isla sirvieron de inspiración para el poeta. Por otro lado, algunos escritores catalanes como Josep Maria de Sagarra  plasmaron la cultura polinesia en varios libros como “Paraísos oceánicos y “La ruta azul”.

Joyería y cultura polinesia: un homenaje a una civilización con carácter propio

En el campo de la joyería, la cultura polinesia ha desembarcado como símbolo de festividad, amistad, harmonía y relajación.

La isla de Tahití es famosa también por sus perlas, comúnmente conocidas como “perlas negras o perlas de Tahití” . Por el preciado valor de la perla llega a adoptar el nombre de Reina de Las Perlas. Son perlas que abarcan una gama de colores muy extensa entre el blanco y el negro, aunque la mas conocida sin duda es la llamada perla negra, de tonos grisáceos, plateados o verde oscuro.

Estas perlas se cultivan en la ostra Pinctada Margaritífera u ostra de labios negros. Antiguamente los habitantes de Tahití se sumergían a pulmón para recoger estas ostras que contenían pequeños tesoros. La perla de Tahití se ha convertido en uno de los productos mas exportados de la Polinesia.

Pero la influencia de la cultura polinesia en la joyería también se caracteriza por su capacidad de transmitir alegría y harmonía con el entorno natural

Con esta voluntad, desde Majoral hemos creado una trilogía de colecciones dedicadas a la cultura polinesia. Samoa, Tonga y Fiji,  tres nombres de las islas de la polinesia que dan vida a unas colecciones inspiradas en la esencia cultural del pacífico meridional.

Samoa: joyas que transmiten bienvenida y harmonía

El primer homenaje de Majoral a las islas de la polinesia lo encontramos en Samoa  . La colección, que toma prestado el nombre de la milenaria isla que mantiene vigentes sus antiguos rituales, se inspira en los famosos collares de flores de la Polinesia. Unos collares que se utilizan en las danzas de la isla como símbolo de bienvenida. Realizadas con oro Fairmined, las piezas de joyería de esta colección transmiten el carácter alegre y fresco de las flores, emulando su forma, tanto en pendientes como en colgantes y anillos.

Tonga: una colección con efectos de ornamento vegetal, vibrante y luminosa

La segunda colección creada por Majoral como símbolo de homenaje de la joyería a la polinesia se denomina Tonga https://www.majoral.com/portfolio/tonga/ . En este caso, la colección adopta el nombre de la pequeña isla de Tonga, que a nivel cultural se caracteriza por sus danzas ceremoniales. En las danzas tonganas también están presentes los collares de flores, en este caso con hojas más pequeñas. De este modo, la colección Tonga de Majoral evoca dichos collares y guirnaldas. Las joyas están realizadas a partir de ramilletes de hojitas de metal. La colección pretende crear un efecto de ornamento vegetal, vibrante y luminoso, así como una sensación de movimiento y ligereza.

Fiji: la colección que completa la ofrenda de Majoral a Polinesia

Finalmente, cabe destacar la colección fiji . Inspirada en la naturaleza y los motivos florales característicos de la cultura polinesia, esta colección se erige como la culminación de la trilogía Polinesia de Majoral. Su diseño seduce a través de formas y texturas. A diferencia de Tonga y Samoa, Fiji incorpora piedras como brillantes, rubíes o cromodiópsidos colocadas dentro de piezas de oro. La colección Fiji demuestra el proceso manual de la joyería de Majoral, en harmonía con la artesanía y la cultura de la Polinesia. Una artesanía que puede ser alegre y en sintonía con la naturaleza.

Con estas colecciones Majoral pretende aportar su grano de arena a la capacidad de la joyería de transmitir sensaciones a través de distintas culturas del mundo.