La plata es un metal noble con más de 5.000 años de uso en la joyería a lo largo de la historia. Sus particularidades únicas la convierten en un material idóneo para la fabricación de la joyería.
La plata es un metal noble con miles de años de trayectoria en la historia de la humanidad. Aunque es complicado establecer los inicios del uso de la plata, se estima que la humanidad aprendió a separarla del plomo hace cerca de cinco milenios, en el año 3.000 a.C. La nobleza de la plata la convirtió rápidamente en un metal muy preciado. Los historiadores coinciden en identificar los primeros descubrimientos de yacimientos de plata en Asia menor y el mar Egeo.
En el Antiguo Egipto la plata se empezó a utilizar para las clases dominantes, con la creación de objetos domésticos y ornamentación para las tumbas. Siglos más tarde, la plata fue utilizada también en la Antigua Grecia. Los griegos, a diferencia de los egipcios, también utilizaban la plata como metal precioso para adornos de uso personal. Se creaban así las primeras joyas confeccionadas con plata. Durante la época antigua, la plata también se utilizaba para la elaboración y el adorno de armas de guerra.
La vinculación histórica de la plata con la luna
La plata es un metal muy dúctil y maleable. La principal característica que valoraron las civilizaciones con su descubrimiento fue su insensibilidad al fuego. Esto hizo que en el Antiguo Egipto se vinculara la plata con la luna, por su color blanco; mientras que el oro se vinculaba al sol. El uso de la plata a lo largo de la historia vivió una gran explosión en la Antigua Roma. Los romanos empezaron a utilizar la plata como material para fabricar monedas. Tanto durante la época de la República, como del Imperio, los romanos aplicaron nuevas técnicas metalúrgicas que permitieron la extracción de este metal precioso. Y si bien los romanos fueron los responsables de encontrar y explotar distintas minas en el viejo continente, el mayor yacimiento de plata se encontró en Grecia el 500 a.C.
La abundancia de la plata a partir de aquella época, la convierte en un material cada vez más usado para la confección de joyas y el adorno de los hogares de las clases dominantes. Más tarde, con la llegada de la Edad Media, la plata ganó importancia en la confección de joyas, principalmente para la nobleza. La importancia de la plata se explica por su capacidad de extracción. A diferencia del oro, durante el siglo XIII, Europa occidental contaba con minas de plata, mientras que el Oro procedía del norte de África. Esto hizo que las joyas de plata fueran producidas de forma continua durante toda la Edad Media. En la segunda mitad del siglo XIII se descubrieron minas de plata en Alemania, Freiberg, Sajonia y Cerdeña.
El boom de la plata a partir del siglo XVIII
Pero la plata (como otros metales preciosos) vivió una mayor época de abundancia con la incorporación de América en el comercio europeo. Las numerosas minas y la existencia de minerales de cobre y plomo en México, Perú, Bolivia y Estados Unidos propiciaron obtener mayores cantidades de plata. Esto permitió un uso cada vez más expandido de la plata en la joyería. Este hecho, junto con la llegada del romanticismo a finales del siglo XVIII, hizo cobrar importancia a la joyería. Con la llegada de la joyería contemporánea en el siglo XX, se empieza a utilizar la plata con diferentes técnicas y propósitos. La plata es un material que otorga luminosidad y color, pero es además de ser maleable y dúctil. Esto hace que se puedan realizar láminas e hilos muy finos de plata. La plata no reacciona ante la mayoría de los productos químicos, lo que le otorga una gran resistencia, pero si es sensible al ozono, el sulfuro de hidrógeno o el aire con azufre.
Desde Majoral hemos utilizado siempre la plata como un material noble con múltiples capacidades. Pero no todas las joyas realizadas con plata deben ser brillantes. Majoral ha confeccionado joyas con plata oxidada, consiguiendo así tonalidades más oscuras en joyas elaboradas con este material. Incluso en Majoral nos hemos atrevido a pintar la con diferentes tonos de pintura acrílica, azul índigo, rojo, verde… De esta forma, conseguimos combinar las particularidades únicas de este metal precioso con el movimiento que genera el color en las joyas. Combinar nuestras colecciones con dos metales preciosos como son el oro y la plata también es una de las obsesiones de Majoral. Las colecciones Party y Maiko son un buen ejemplo de la capacidad de transmitir de formas distintas en función del material utilizado.